¿Cuántas veces dejaste aquello que querías hacer para ti en el último mes?
Tu agenda está llena de actividades, reuniones y hasta celebraciones, pero cuántas de estas son realmente aportadoras a tu yo más íntimo. ¿Cuántas de ellas te renuevan o son para celebrar tus pequeños logros?
La sociedad nos ha enseñado la importancia de la preparación académica y festeja a lo grande los logros en esta área, sin embargo, las batallas personales, que son aprendizajes para toda la vida, muy pocas veces son festejadas ¿Qué lugar ocupa para ti el crecimiento personal?
No basta con ponerle ganas todos los días o crear la falsa ilusión de que todo estará bien, es necesario trabajar por ese bienestar, cultivar hábitos de excelencia, conocerte, escucharte y respetarte. El crecimiento o desarrollo personal es la piedra angular de toda construcción exitosa y mientras más pronto te ocupes de ello, más pronto podrás cosechar una vida plena, grata y con logros en sus diversas esferas.
Imagina a una persona que ayuda a todos a su alrededor y se olvida de sí mismo al punto de no reconocer sus propias necesidades. Este caso es más común de lo que crees y seguro más de una vez a todos nos ha ocurrido. Es bastante “normal” perdernos en los roles y justificar nuestro propio abandono por nuestras actividades diarias con la intensión de “ser el mejor” en lo que hacemos. Pero vivir ocupándonos de todos los aspectos de nuestra existencia es vivir a plenitud. Es además evitar pasar pre-ocupándonos porque ya estamos a cargo.
Analicemos esta idea “nadie puede dar aquello que no posee”. Entonces, si tú quieres dar paz debes cultivar paz. Quieres brindar alegría es necesario tener alegría. Y si quieres cuidar de los demás es vital que empieces por cuidar de ti mismo.
Si atraviesas alguna de estas etapas es momento de encontrar el real aprendizaje y aprovechar lo que te ocurre para darle un giro de tuerca hacia una transformación y crecimiento. Haz que sea el inicio de un proceso personal que te aportará en más de un sentido:
- Has pasado por un duro momento y no paras de pensar en ello.
Cuando sufrimos la pérdida de un ser querido o de un trabajo. Cuando atravesamos por una situación difícil solemos pensar que el malestar que trae consigo eventualmente desaparecerá; sin embargo, no siempre ocurre de esa manera. Si este es tu caso y notas en ti actitudes o reacciones malsanas es momento de buscar ayuda y una alternativa para superar esta etapa y saber cómo sobrellevar tu dolor y superarlo.
- Has perdido el interés por cosas que antes disfrutabas.
Sentir malestar o desánimo puede ser una señal de que algo anda mal, si sientes que tu vida ha perdido el sentido y estás desanimad@, nada más sano y aportador que pedir una sesión con un Mentor para canalizar tus emociones y redescubrir tus motivaciones.
- Sientes que estás en medio de una relación conflictiva o tóxica.
En general las relaciones requieren de conocimiento y hábitos funcionales para mantenerse. Si te sientes descontento u observas que tienes dificultad para comunicarte o bien percibes que tu entorno no te comprende. Es momento de encontrar las estrategias para mejorar o consolidar tus relaciones.
- Sufres de malestares físicos como dolores de cabezas frecuentes sin razón aparente o tienes las defensas bajas.
Nuestros cuerpos tienden a manifestar los problemas emocionales, saber escucharlos puede ser el primer paso para aliviar nuestras dolencias o psicosomatizaciones.
- Toma de decisiones importantes.
Algunas veces cuando de tomar decisiones se trata puedes sentirte nublado, desbordado por las emociones que te impiden ver con objetividad. Un Mentor amplía tu visión y te ayudará a encontrar la opción más acertada.
Los conflictos son parte de la vida, por ello es importante tener presente que existen técnicas y herramientas que nos ayudan a vivir mejor. No esperes más da el primer paso, es momento de invertir en ti.
Escríbenos si quieres saber más sobre nuestras sesiones de mentoría o si quieres ser invitado a nuestras charlas y conferencias mensuales.