Y ahí estaba yo, con una vida aparentemente tranquila en función del deber ser. Me había dejado inundar de miedos y lealtades invisibles que limitaban mi capacidad de soñar. Ahí estaba, con las alas desgastadas por las lecciones de la vida y sumida en un día a día monótono, tratando de vivir lo que “me tocaba”, con la mejor cara.
Testimonio de Alexandra M. -exalumna certificada-
Con una pesada mochila de creencias, bloqueos y sesgos pero con una latente idea de darse la oportunidad de crecer, inicia la mayoría de alumnos, la Formación Internacional para Mentores empresariales y de vida.
Durante el trayecto: el aporte de la parte académica, la aplicación de las diferentes herramientas a casos reales con Mentees invitados que son los ateneos y sobretodo la práctica de meditación y las sesiones personales que componen los doce módulos de la formación, abren la gran puerta a la escuchar interior y al hacerse cargo de uno mismo desde el compromiso con la vida y la gratitud.
Al poco tiempo, el año que cada alumno se regala a sí mismo, comienza a dar frutos de un incalculable valor en torno a su propio crecimiento y potenciación. Temas como el Genograma y el Eneagrama que pasan revista a la infancia y a aquellos aspectos que marcaron la personalidad del niño o niña que cada uno fue, permiten un entendimiento de “quién soy” libre de culpas y falsas deudas. Donde los compromisos imaginarios basados en un concepto errado de lealtad comienzan a presentarse más claros en nuestro imaginario y también a dar paso al “perdón” de uno mismo y de los demás como efecto directo de un mayor y más profundo entendimiento, aceptando con real humildad y mente abierta las lecciones de los maestros de la vida que son todas y cada una de las personas que amamos y los hechos que atravesamos.
Es en este momento cuando la historia personal adquiere una resignificación gracias al módulo donde aplicamos la Deconstrucción.
El reto más grande durante los seis primeros módulos de la formación suele ser el reconocerse, el lograr ejercer su innato derecho de autorealización, libertad y felicidad en el sentido más profundo y filosófico del término.
Dejar caer la máscara, desblindar la coraza, escucharse, reencontrar su legitimidad, cultivar la autoestima con actos diarios y no solo con palabras, reconocer la valía y la fortaleza que cada uno lleva dentro y que lo acerca a su esencia divina conduce a que poco a poco cada participante, comience a ver con otros ojos a la persona que se refleja en el espejo, se sonría más y se juzge menos, y que lo logre no desde una planificación mental sino desde un sentir que emana propio, innato desde su ser más profundo, pues cada uno avanza, a su propio ritmo en una espiral dialéctica que asciende al infinito.
Si eres de aquellas personas que están convencidas que no vinimos al mundo solo para pasar por aquí, sino que estamos destinados a crecer, dejar una huella que aporte a dejar este espacio mejor de lo que encontramos al llegar, la formación de Mentores Internacionales es para ti.
Hasta aquí una breve narrativa de lo que la formación internacional de mentores aportará a tu vida. En el próximo blog, te contaremos más sobre este camino de crecimiento personal y también como fuente profesional aplicada a grupos empresariales y organizaciones en general.
¡Tu posibilidad de tener una verdadera calidad de vida e impactar positivamente en el mundo empieza aquí!