Día de la Mujer

Día de la Mujer

Hoy como hace cien años, bajo el lema, “march in march”, las mujeres de todo el mundo generan reflexión y consciencia así como acción para la creación de un mundo mejor.

Pensar que ya no queda nada por hacer, que las mujeres hoy por hoy tenemos los mismos derechos y oportunidades que los hombres es no mirar con la profundidad que amerita este tema.

Sucesos ocurridos hace cien años, como la Conferencia internacional de Dinamarca, el Levantamiento de las mujeres rusas, la Protesta de mujeres en Manhattan y la Ocupación de trabajadoras en Nueva York son los que han ido generando cambios significativos, entre los que destacan, la adopción de las reformas jurídicas para apoyar la igualdad de género en 135 países, el que tres cuartas partes de los países ya tienen leyes contra la violencia doméstica, así como el que se esté implementando la plataforma de Beijing, como lo afirma la directora ejecutiva de ONU mujeres.

Es cierto, además, que nunca como ahora, ha habido tantas niñas escolarizadas en el mundo, y que es un logro también el que la mortalidad materna haya bajado en un 38%. Pero tanto en el campo privado como en el empresarial tenemos muchos desafíos que superar para alcanzar el objetivo de la equidad.

De hecho, el Foro Económico Mundial, en su Reporte de brechas de equidad de género 2020 que trabaja temas como la participación económica y oportunidades, salud, educación, empoderamiento, muestra los esfuerzos que se han dado en este tema. Sobretodo en Islandia que es el país que lidera desde hace once años el trabajo por alcanzar la igualdad de género pero sin lograrlo todavía.

Por otra parte, el descontento y desencanto respecto del lento cambio que se está llevando a cabo en la administración de nuestro planeta aumenta día a día. Una de cada diez mujeres aún es analfabeta y aún campea la falta de mujeres en la mesa de negociaciones, donde las tres cuartas partes de los miembros de los parlamentos son hombres.

Y yendo al plano más íntimo, aún nos queda mucho por trabajar en nuestras fronteras mentales donde habita el miedo a errar y el miedo a brillar. Para combatirlo, es vital cada día parar y regalarnos esos momentos de recarga emocional, física y espiritual que nos genera compartir con mujeres amigas, hermanas o primas. Bien sabemos que las hay externas y poco generadoras pero también otras que son fuente de inspiración, ejemplo y sabiduría. Ellas son las que con su solo accionar nos enseñan a dejar de vivir para los demás y pasar a hacernos cargo de nosotras mismas, de nuestros sueños y permanente crecimiento. Son a quienes debemos acudir cuando estamos a punto de ocupar cargos de presidencias, vicepresidencias y/o gerencias generales, donde el porcentaje que ocupa la mujer aún es bajo. Y ello se debe a que aún hoy, en el momento de tomar decisiones cruciales, aún replegamos, aún inconscientemente nos maltratamos y dejamos de apostarnos y esto se inicia en nuestras fronteras mentales que debemos trabajar para saber cómo cruzarlas.

El día de la mujer nos ayuda a pensarnos a nosotras mismas dentro de un todo al que no queremos sumido en el femicidio, los abusos sexuales, la desigualdad salarial, la inequidad en todas sus formas y la falta de reconocimiento y valoración.

Son sucesos como los creados por aquellas pioneras de la talla de Clara Zetkin, la obrera que confeccionaba y declaró al 8 de marzo como el día de todas las mujeres en el mundo en pro de sus derechos políticos y civiles, hasta la marcha actual, convocada bajo el lema “el nueve ninguna se mueve”, los que nos permiten hacer una pausa en el día a día y mirar la realidad con ojos profundos.

Honrar la memoria de las obreras que murieron calcinadas en el incendio de la fábrica Cotton, celebrar las sucesivas movilizaciones de las mujeres de Nueva York por conquistar sus derechos aún sabiendo que las despedirían por sindicalizarse, es mantener viva una conciencia de que nosotros creamos la realidad en que vivimos y que de cada uno de nosotros, depende apostar y construir un cambio para un mundo nuevo, más justo e inclusivo de hombres y mujeres. Un verdadero legado para las próximas generaciones.

Marianela Ruiz Cabezas

Quito, 8 de marzo de 2020

 

 

 

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